Preocupados están los promotores de vivienda de la región de Azuero, ante la problemática que vive el país por la emergencia de salud, lo que mantiene sus contratos de venta de casas suspendidos.
Los promotores estiman entre ocho y diez millones de dólares las pérdidas que podrían enfrentar si no se toman medidas que permitan reactivar los empleos, y de esta forma concretar las ventas pactadas de casas que están listas para ser entregadas.
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Rubén Rodríguez Monroy, promotor de viviendas en la región de Azuero, indicó que se trata de una disminución por encima del 50 por ciento en las ventas, producto de que muchos clientes que ya contaban con sus cartas de promesa de pago, han quedado con contratos de trabajo cesados.
Añadió que el rubro más afectado es el de las casas de interés social, en el que participan alrededor de 50 promotores en las provincias de Herrera y Los Santos, lo que pone el sector de la construcción de viviendas en una situación difícil.
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Rodríguez reconoció que la recién aprobada moratoria les da un respiro para los préstamos que mantienen, sin embargo no se ha considerado aquellas personas que luego del 1 de enero podrían estar sin trabajo, producto del cierre de empresas tras la crisis por el Covid-19.
Los promotores indicaron que a través de la banca estatal, que financia el 95 de los préstamos hipotecarios de casas de interés social, podría darse algún tipo de facilidad a los clientes y promotores, que permita una estabilización de este sector.
Le pedimos al señor presidente, de forma muy respetuosa que nos envíe una comisión a la región de Azuero, por parte de la ministra de vivienda para que nos atienda, y darle a conocer nuestra problemática, indicó Rodríguez.
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Según dijo, los miembros del sector construcción son conscientes el problema que enfrenta el país, pero señalaron que si en 60 días no se dan medidas drásticas, la región entraría en una situación más difícil de lo estimado.
En la región de Azuero los proyectos de construcción de viviendas se encuentran totalmente paralizados, lo que ha acarreado vandalismo y deterioro en algunos proyectos, lo que se suma a las pérdidas que tendrá que afrontar el sector.